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Muchos se van, pocos vienen. En ningún país de Europa hubo tanta diferencia entre inmigrantes y emigrantes como en España, donde los segundos superaron a los primeros en 162.000 personas, según la estadística de población que la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, ha difundido la pasada semana. Una circunstancia que explica en gran medida la caída de población española, en 114.000 personas, a lo largo de 2012.