elcomfidencial.com

Muchos se van, pocos vienen. En ningún país de Europa hubo tanta diferencia entre inmigrantes y emigrantes como en España, donde los segundos superaron a los primeros en 162.000 personas, según la estadística de población que la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, ha difundido la pasada semana. Una circunstancia que explica en gran medida la caída de población española, en 114.000 personas, a lo largo de 2012.  

Como señaló el INE a comienzos de este año, 2012 fue el primer período desde que se recogen datos en el que el saldo migratorio (la diferencia entre quienes salen y quienes entran en un país) dio números rojos en España. Muchos, jóvenes en gran medida, prefieren buscar suerte en el extranjero. Y, mientras, el país deja de ser atractivo: la alta tasa de paro y la situación económica hacen que ya sean muy pocos quienes busquen en España una tierra prometida en la que construirse un futuro.

Los datos anuales que Eurostat ha difundido en noviembre dan un triste contexto a esta situación. Esta situación no alcanzó niveles tan altos en ningún país europeo: en números absolutos, España es el país con el ‘peor’ saldo migratorio del continente. En porcentaje sobre el total de la población, solo Estonia e Irlanda tuvieron un saldo negativo mayor.

Alemania ocupa el polo opuesto. El número de personas que eligió la locomotora de Europa supera en 400.000 personas el de quienes la abandonó. Es una de las causas de que la población total haya crecido en 196.000 personas.

La imagen general de la variación poblacional en la UE subraya la diferente situación de los países del centro-norte del continente con respecto a las periferias. En los estados del este y del sur del continente, todos presentan saldos migratorios negativos (en rojo en el mapa).

El caso de Italia hace de excepción a esta tendencia. El país transalpino tuvo un saldo migratorio con creces positivo (+369.000 personas). Su posición geográfica hace que siga siendo la puerta de entrada a Europa para la mayoría de inmigrantes que llegan desde el continente africano. Y, al mismo tiempo, es uno de los mayores receptores de ciudadanos de países como Ucrania y Rumanía, según la estadística de migraciones de la Unión Europea. 

En el conjunto de la Unión, la población ha aumentado en un millón de personas lo largo de la 2012. El saldo migratorio comunitario es positivo: los inmigrantes fueron casi un millón más que quienes dejaron el continente. A día de hoy, poco menos de 506 millones de habitantes viven en los veintiocho países de la UE, una cifra que por primera vez incluye a los 4 millones y medios de croatas que entraron en la Unión en agosto de este año.