MARTES 24/05/11.- El presidente Jaime Roldós murió un día como hoy. Era una época de conflictos económicos y territoriales. 30 años después, el déficit político continúa.
El Ecuador que despidió entre lágrimas y desconcierto al presidente Jaime Roldós Aguilera, a su esposa Martha Bucaram, y a la comitiva que los acompañaba, atravesaba por momentos difíciles. Su joven y débil democracia estaba a prueba.
Los reportes históricos y periodísticos dan cuenta de que la tarde del 24 de mayo de 1981 trepó en el avión oficial un Presidente que, tras casi dos años en el poder, ya experimentaba los primeros síntomas de desgaste político, en gran medida por la guerra y sus duras medidas económicas. Pero luego de la tragedia aérea en el cerro Huayrapungo (Loja), nació una leyenda que ha marcado, en parte, el destino del Ecuador.
Tras la muerte de Roldós y, meses después de la de su tío político Asaad Bucaram, el poderoso CFP entró en un acelerado proceso de debilitamiento. Las riendas del país las tomó el vicepresidente Osvaldo Hurtado, cabeza de la Democracia Cristiana, mientras que sobre su nombre la familia Bucaram levantó un nuevo partido, de corte caudillista, que durante años significó un bastión electoral en la Costa.
Desde el 24 de mayo de 1981, y hasta la llegada de Rafael Correa a la Presidencia, en enero del 2007, se sucedieron 10 presidentes. Algunos por la vía de elecciones y otros por sucesión.
Treinta años después, el sistema de partidos que nació luego de la dictadura está agotado. Se aprobaron dos constituciones más, “pero siento que el país marcha sobre su propio terreno”. Así lo asegura Sebastián Mantilla, analista político. Para él, estas tres décadas no han fortalecido la institucionalidad democrática; por el contrario cree que el país ha regresado a los meses anteriores a la posesión del Mandatario guayaquileño, el 10 de agosto de 1979. “Tal vez el juego democrático de las elecciones sea lo diferente, pero el debate por proteger las libertades y evitar el autoritarismo se ha despertado; igual que en los años de la dictadura”.
A nivel legislativo el panorama tampoco ha cambiado mucho. “La pugna de poderes” que Roldós dijo que existía entre el Ejecutivo y la Cámara de Representantes, mantuvo las mismas características con Hurtado, Febres Cordero, Borja, Durán Ballén, Bucaram, Mahuad...
Ahora, el presidente Correa es quien tiene el control político de la Asamblea Nacional, pero el bloqueo, la falta de consensos entre las diferentes fuerzas parlamentarias y la polarización todavía son similares.
Hace 31 años Roldós quiso zanjar ese enfrentamiento con un plebiscito popular donde prometía vencer 5 a 1. Esa consulta nunca se dio, por presión de los grupos políticos de la época.
Tres décadas después, el gobierno de Correa decidió recurrir a una consulta popular para fortalecer su proyecto político. El resultado de este referendo, no obstante, de muestra que, como hace 30 años, el pueblo todavía demanda certezas políticas.