Con crisis o sin ella, harán falta más inmigrantes

Por María G. Mayo y David Page

"Aquí no cabemos todos". Es una frase muy recurrente. Peligrosa y que requeriría muchos matices, pero aún así recurrente. Tanto, que la candidata del PPC a la Generalitat, Alicia Sánchez Camacho, la ha pronunciado en público en varias ocasiones y pretende que sea el eje de su próxima campaña electoral. Sin embargo, supone uno de los falsos mitos que rodean al fenómeno migratorio.

Es cierto: España, en apenas quince años, ha multiplicado por diez su población extranjera, hasta rozar los 5,6 millones de inmigrantes el año pasado. Es cierto: el golpe de la crisis parece que está siendo más duro para la población inmigrante. Y aun así, los expertos en demografía y economía van más allá y señalan que no es que 'quepa' más gente, sino que hay motivos para pensar que en los próximos años harán falta muchos más ciudadanos para que la economía funcione. La Comisión Europea ha cifrado en siete millones la población adicional que necesitará España hasta 2030 para equilibrar su economía.

El déficit demográfico, la inviabilidad de las pensiones y la falta de profesionales técnicos llevarán a España a pedir más extranjeros

¿En qué se basan para hacer esta afirmación? Hay tres razones fundamentales. Por un lado, habrá un déficit demográfico enorme, sobre todo entre los más jóvenes. Por otro lado y como consecuencia del anterior, será más cuestionable la viabilidad de un sistema público de pensiones con una población cada vez más envejecida. Y, por último, se necesitarán más trabajadores con perfiles técnicos para un mercado laboral que debe afrontar un nuevo modelo productivo.

Una España envejecida
Las últimas previsiones demográficas del Instituto Nacional de Estadística, publicadas el pasado enero, son contundentes al respecto. Si se mantienen las tendencias demográficas actuales, entre 2009 y 2020 la población española perderá 3,4 millones de efectivos de entre 19 y 40 años (habrá sólo 12,6 millones de personas en esa cohorte). Las estimaciones para 2049 son aún más dramáticas, la población mayor de 64 años se duplicará. Por cada 10 personas en edad de trabajar, habrá casi nueve personas potencialmente inactivas (menor de 16 años o mayor de 64). Media España tendría que mantener a la otra media.

Fuente: INE

Respecto a la necesidad de un nuevo perfil de trabajadores que requiere la economía española, Florentino Felgueroso, profesor del departamento de Economía de la Universidad de Oviedo, calcula que, comparándonos con Alemania o Dinamarca –países con sistemas económicos de mayor productividad-, España necesitaría ya actualmente entre tres y cinco millones de trabajadores más con perfiles no manuales o técnicos. "Con la falta de jóvenes en los próximos años, este déficit como mínimo se mantendrá", señala.

Para Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada Universidad Autónoma de Barcelona, parte de los perfiles necesarios para hacer frente al nuevo modelo productivo se podrían cubrir con los más de 4 millones de parados que hay en estos momentos. "Pero será clave la formación (muchos españoles y muchos de los que han tienen perfiles de baja cualificación), primero para absorber el elevado nivel de desempleo actual y, después, hacia 2015, para poder desarrollar un patrón de crecimiento más productivo", explica.

A su juicio, otra medida necesaria para equilibrar el desajuste demográfico e impulsar el nuevo patrón de crecimiento sería la incorporación de algunos inmigrantes que aún no trabajan, como los colectivos de mujeres africanas, y el retraso de la edad de jubilación. "Y, en función de todo esto, se necesitarán más o menos inmigrantes", explica.

La crisis frena las llegadas

A medio plazo, España tendrá que competir con otros países de su entorno por la captación de los inmigrantes de mayor formación

No sólo llegan menos, además algunos se van debido al fuerte deterioro del mercado de trabajo. Aparte de los 9.800 extranjeros que han aprovechado el plan de retorno voluntario del Gobierno para hacer el camino de vuelta, los expertos ya han detectado la existencia de trasvases de población extranjera hacia otros países de la Unión Europea, singularmente centroeuropeos, en busca de una nueva oportunidad laboral.

Sin embargo, según los datos provisionales del último padrón, la población extranjera aumentó en 330.000 personas durante 2009, hasta los 5,6 millones. Los expertos alertan de que este crecimiento es artificial, un desfase estadístico. "La contabilización de las salidas de extranjeros es particularmente dificultosa. Muchas de esas salidas pasan desapercibidas porque nadie cursa su baja del padrón cuando se marcha. El INE tarda dos años en detectarlas", explica Joaquín Arango, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense y experto en migraciones. "Hay indicios, sólo impresiones, de que se están intensificando las salidas. La cifra de 300.000 inmigrantes más que refleja el padrón está muy fuera de la realidad. El dato es poco creíble, no es posible en 2009".

La crisis hace que vengan menos y que se vayan más. Pero nuestra economía y nuestra estructura de población necesitan a medio plazo que se rompa esta nueva tendencia. Por ello, según señalan Felgueroso y Oliver, en los próximos años vamos a tener que dar un giro a nuestra política migratoria : tendremos que competir con otros países para atraer a los mejores. "Tendremos que realizar captaciones para fomentar que venga gente con perfiles adecuados, y no somos un país especialmente atractivo para los extranjeros frente a otros europeos. Será difícil pero necesario", concluye Felgueroso.