Cuando empezó a sonar de nuevo el nombre de Víctor De Aldama como candidato a comprar a Prasa su mayoritario paquete accionarial del Córdoba CF, se habló de que le respaldaba un grupo sudamericano. Pero al igual que a Gaucci no le financiaban un grupo de empresarios italianos, sino sobre todo uno, Antonino Pulvirenti, al final la persona que está detrás de la nueva cabeza visible del equipo cordobesista es Isidro Romero Carbo, un reconocido empresario ecuatoriano que a todas luces es quien pondrá la pasta en este nuevo proyecto.

Es natural conocer algunos datos de una persona cuya fortuna personal, para empezar, se calculó en 2008 en 300 millones de dólares. En la faceta profesional, se comenta que la mayoría de sus inversiones está concentrada en el área inmobiliaria, en la que dio un nuevo impulso a las viviendas sociales en 2006, al patentar un nuevo sistema de paneles prefabricados de cemento y fierro que agilizan y abaratan la construcción. Entonces llegó a declarar que con ese material podemos construir una casa de 100 metros cuadrados en once días, y no en dos o tres meses".

Sin embargo, también tiene inversiones en el sector energético, concretamente del petróleo, uno de los datos que se conocieron en primer lugar ayer antes de hacerse oficial al acuerdo. Otros datos, que lo vinculan al Grupo Noboa, dicen que lidera directamente 14 empresas e indirectamente más de 40. Una de ellas es Coca Cola Inc., que ha vinculado su marketing el fútbol en Ecuador.

 Su brillante pasado deportivo

Isidro Romero se hizo un nombre a nivel internacional más bien por su pasado deportivo. Fue tres veces presidente del Barcelona Sporting Club, el equipo más popular de Ecuador, de la ciudad de Guayaquil. Romero fue el constructor del Estadio Monumental, al que se le puso su nombre, y que es el segundo más grande del continente suramericano después del Macaraná.

Sobre su etapa como dirigente deportivo casi todo son alabanzas, hasta el punto de que se dice que la historia del Barcelona de Guayaquil se divide en un antes y después de Isidro Romero Carbo, porque dio al equipo el impulso que necesitaba para."ser grande". Ingresó a la plana mayor de Barcelona en 1982 y la entidad ecuatoriana terminó por transformarse en una empresa rentable y que se vende a sí misma.

Según medios de aquel país, realizar millonarias contrataciones, dotar al club de una infraestructura deportiva que hoy es una de las mejores de Sudamérica y mantenerlo en los primeros sitios de los torneos nacionales e internacionales en los que participa son los logros de Romero. Dentro de ese catálogo de méritos está un subcampeonato de la Copa Libertadores en 1990 y la construcción del estadio que lleva su nombre.

Romero fue su gestor más pujante y lo menciona cada que tiene oportunidad. "Muchos clubes de América no tienen lo que el Ídolo posee, un gran estadio... Con orgullo debo decir que los dirigentes sudamericanos han visto el estadio de Barcelona y han quedado admirados por su diseño y funcionalidad", comentaba hace unos años. En ese estadio se rompió en 1990 el récord de taquilla en toda la historia del fútbol ecuatoriano y, desde entonces, los partidos de Copa y los importantes del campeonato nacional significan ingresos multimillonarios para el club.

Sueña con ser presidente de Ecuador

Recientemente ha afirmado que plantea volver a ser presidente del equipo para el período 2012-2016, aunque en realidad son pocas las ocasiones en las que está en el país por más de un mes. Tiene un jet privado y cuenta con un incondicional grupo de colaboradores, que hoy se ha visto más cerrado con la presencia de su hermano Alfonso, quien toma el timón cuando Isidro se ausenta. Se dice que si se lanzara como candidato a alcalde de Guayaquil no tendría problemas para triunfar, aunque se asegura que él preferiría ser presidente de la república.

A nivel personal, Romero es jovial y afable y casi nunca exterioriza disgustos, aunque en la Copa Libertadores de 1992, calificó de "sinvergüenza" a un dirigente de la Confederación Sudamericana de Fútbol por retrasar un partido contra el Colo-Colo de Chile. Lo suspendieron un año como dirigente, pero la sanción fue levantada