La primera latina en convertirse en jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos, Sonia Sotomayor,

vivió  toda  su  niñez  en  el  humilde barrio  del Bronx, Nueva York, y llegó al más alto cargo judicial

norteamericano luego de una vida abocada al trabajo, según sus colegas.

Divorciada, sin hijos y de 54 años, luego  de  ser nominada por el presidente estadounidense Barack

Obama  en mayo,  Sotomayor  declaró  ser "una   persona  común  bendecida con una oportunidad

extraordinaria".

La flamante jueza de la Corte Suprema "a menudo habla de los tribunales como del último refugio de los oprimidos", asegura una de las publicaciones especializadas del mundo legal estadounidense, el Almanaque Judicial Federal.

La publicación también sostiene que Sotomayor "es un terror en el tribunal, (…) es temperamental y se apasiona fácilmente".

Sin embargo, en el ambiente del Derecho se suele decir que los jueces hablan por sus fallos y no tanto por comentarios y declaraciones a la prensa.

En este sentido, los medios estadounidenses destacan dos casos, ambos en 1995, de Sotomayor en el Distrito Sur de Nueva York, a donde llegó en 1991 (nominada por el ex presidente George Bush) siendo la magistrada más joven para ese cargo.

Por un lado, invalidó un contrato colectivo que querían imponer los dueños de los equipos de béisbol que derivó en una huelga de 232 días, a la cual puso fin; por otro, envió a la cárcel al jefe de Gabinete del gobierno de New Yersey, Joseph Salerna, acusado de corrupción.

La carrera de Sotomayor comenzó en 1976, año en que se casó y se recibió de abogada en la Universidad de Princeton, y continúo con un doctorado tres años más tarde en la casa de altos estudios de Yale.

Luego de ser asistente de la fiscalía de Nueva York en casos de robos, asesinatos, brutalidad policial y pornografía infantil, la hoy ministra de la Corte Suprema se especializó en derecho sobre la propiedad intelectual.

Con el cargo de jueza desde 1991, en su primera exposición ante el Senado estadounidense que debía avalar su candidatura, Sotomayor aseguró que su filosofía judicial "es sencilla: fidelidad a la ley".