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Dos nuevas réplicas de intensidad moderada, tras el sismo de Manabí,  alertaron a los ciudadanos la noche del jueves 21 de abril. Estos eventos, según informó el Instituto Geofísico Militar (IG), son normales luego de un terremoto grande, como el de 7,8 en la escala de Richter ocurrido el sábado pasado. Las réplicas pueden continuar por días, semanas, o incluso meses, informó la entidad; además, son producto de los reajustes que se están produciendo entre las placas de Nazca y la Sudamericana para que el terreno se acople de nuevo. “Estamos en Bahía. Tres réplicas, dos bastantes fuertes. Una con epicentro cerca de Jama, otra con epicentro cerca de Canoa. Guardar calma. Personal IG dice que es normal, y que en promedio se debe esperar 10 réplicas de esa magnitud”, indicó el presidente Rafael Correa en su cuenta de Twitter el jueves.

Los movimientos telúricos fueron sentidos en las provincias de Manabí, Esmeraldas y en las ciudades de Santo Domingo, Quito y Guayaquil. Hasta ayer se registraron 714 réplicas.

Por otra parte, el Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) descartó amenaza de tsunami. Además, el Instituto Geofísico indicó, en su página web, que ayer ocurrió un sismo con epicentro en el mar, entre Posorja y la isla Puná, perteneciente a Guayas. Tuvo una magnitud de 5,2 en la escala de Richter y 13 km de profundidad.

Este evento sísmico no tiene relación con el terremoto producido el pasado sábado y fue sentido en Guayas, Bolívar, El Oro y en algunas ciudades como Quito, Cuenca, Loja y Zamora Chinchipe.

¿Qué se puede aprender del terremoto?

Un estudio del profesor Ares J. Rosakis, consejero delegado de la Comisión Gestora de Yachay Tech, evaluó el terremoto de 7,8 grados en Pedernales y otras zonas de Manabí. Rosakis expresa que Ecuador tiene una historia de zonas de larga subducción en relación con los terremotos. “Cinco terremotos con magnitud de 7 grados o más han ocurrido alrededor de los 250 kilómetros del evento del sábado, desde 1900.

En 1906, un terremoto de magnitud 8,3 (que fue reportado de hasta 8,8 grados, según algunas fuentes), fue en la zona de interfase de subducción a 90 km al noreste del suceso del 16 de abril de 2016, y la ruptura ocurrió en una longitud de aproximadamente 400 a 500 km; dando como resultado un tsunami extremadamente perjudicial que causó entre 500 a 1.500 víctimas mortales”, explicó el investigador en su reporte. Los movimientos sísmicos de 1942, 1958, 1979 y 1998 tienen como epicentro la zona de ruptura del megaevento de 1906.

“Aquí observamos que, siguiendo la tendencia del pasado, el epicentro del terremoto de abril de 2016 también se encuentra dentro de esta elipse. De hecho, se encuentra aproximadamente en el extremo sur de la zona de ruptura del evento de 1906”, indicó Rosakis.

En provincias vecinas también se han desarrollado grandes terremotos. Por ejemplo, hubo uno de 7,2 grados de magnitud en 1987, con epicentro en la corteza superior de las laderas orientales de los Andes y de poca profundidad. Tuvo como resultado aproximado 1.000 víctimas mortales.

Por otra parte, Rosakis analiza que la subducción de las placas de Nazca y la Sudamericana a lo largo de la costa ecuatoriana, al este de Perú y al sur de Chile, ha llevado al levantamiento de la cordillera de los Andes y ha producido algunos de los más grandes terremotos en el mundo, incluyendo el más largo que ha sido registrado: el de 1960 con una magnitud de 9,5 grados al sur de Chile. Esta subducción (deslizamiento) se produce entre la placa de Nazca, frente a las costas de Perú y Ecuador, bajo la placa Americana, a una velocidad media de unos 6 centímetros al año. A veces, explican los geólogos, a una de las placas le cuesta deslizarse, entonces se produce una especie de aspereza, como si una de ellas se atascara bajo la otra. Cuando por fin una de las placas se libera se produce un terremoto.