Guayaquil llega a los 478 años como una urbe moderna que conserva sus tradiciones Imprimir
Escrito por editor   
Jueves, 25 de Julio de 2013 09:23

Fotos: Víctor Asencio y Douglas Armijos/Andes

Guayaquil, 25 jul (Andes).- Las calles, plazas y avenidas reflejan las 24 horas del día el intenso movimiento económico que caracterizó a Guayaquil, desde que fue fundada, hace 478 años a orillas del caudaloso río Guayas y al pie del cerro Santa Ana.

Hablar de Guayaquil es hablar del río, afluente, emblema de la nacionalidad ecuatoriana, que inspiró desde siempre la tradición marítima de esta urbe huancavilca. Desde los viejos muelles del malecón Simón Bolívar se exportaron apreciados productos como el cacao, café, banano, pero esos añejos atracaderos dieron paso al moderno Puerto Marítimo, desde donde ahora salen los buques de gran calado hacia los distintos confines del planeta.

Pero el Guayas no solo inspiró el comercio. La frescura de su brisa también motivó a sus ciudadanos a vivir cerca de sus riberas. Por ello surgieron los tradicionales barrios como Las Peñas, El Astillero, Caraguay y hace poco nacieron los lujosos complejos de apartamentos como Puerto Santa Ana y Ciudad del Río, de iniciativa municipal y privada, respectivamente.

La moderna arquitectura urbana contrasta con la tradicional donde predominan los portales, por donde transitan sus peatones sin exponerse al sofocante sol de las mañanas y tardes. Pero su crecimiento urbano se dio en gran medida en zonas del sur, oeste y noroeste, donde asentamientos populares, sin planificación de autoridades locales, ganaron espacio a los verdes manglares y cerros.

Esta explosión demográfica provocó que familias dejen los límites urbanos para asentarse en terrenos de los vecinos cantones Samborondón, Durán y Daule, donde proliferaron en los últimos años urbanizaciones pensadas para todas las clases sociales.

Los guayaquileños se describen como personas joviales y emprendedoras. Esta tierra, de árboles de acacias, ceibos, almendros y otros frutos, acoge a un gran porcentaje de habitantes de ciudades del país y del mundo, que la convirtieron con el paso del tiempo en una urbe cosmopolita.

Su pasión por la música y el baile son carta de presentación del guayaco, que gusta de los ritmos tropicales como la salsa, el merengue, la cumbia, la bachata, pero también disfruta del rock, del regaetón, y de cualquier género musical a la hora de divertirse entre amigos.

En sus calles no hay espacio para el aburrimiento. La Zona Rosa de la calle Rocafuerte, las escalinatas del cerro Santa Ana, la ciudadela Alborada, la ciudadela Las Terrazas y otros lugares concentran el mayor número de discotecas, peñas y bares para todos los gustos.

Uno de sus músicos referentes es sin lugar a dudas el cantante Julio Jaramillo, quien después de 35 años de su muerte sigue tan latente en los hogares guayaquileños. Un museo en el sector Puerto Santa Ana perpetúa la exitosa trayectoria artística del Ruiseñor de América, truncada por una enfermedad a sus 42 años de edad.

Pero así como los guayaquileños se apasionan por la música, el fútbol es toda una religión. Esta ciudad es cuna de los equipos con las hinchadas más numerosas del país: Barcelona Sporting Club y el Club Sport Emelec.

Cada domingo, los seguidores de estos populares cuadros, ambos nacidos en el viejo barrio del Astillero, vibran con sus consecuciones deportivas. Son memorables los clásicos escenificados en el viejo estadio Modelo hasta los modernos campos del Monumental del Barcelona y el Capwell de Emelec.

La afición por el deporte también va acompañada del deseo de superación de los guayaquileños, que a lo largo de su historia ha sido cuna de ilustres personajes de la historia ecuatoriana.

La ciudad cuenta con importantes centros académicos y secundarios estatales y privados. El Gobierno ha invertido en los últimos años en la creación de planteles dotados de toda la infraestructura y equipamiento como demandan los actuales tiempos para apuntalar el desarrollo científico de sus pobladores.

La belleza de los malecones del río Guayas y del estero Salado, sus miradores en los cerros Santa Ana y Bellavista, su casco central, la modernidad del sector norte, así como su gastronomía, su gente y cientos de razones más hacen que Guayaquil sea llamada con justicia la Perla del Pacífico, que este jueves 25 de julio será homenajeada con diversos actos cívicos por su aniversario de fundación española. 

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Última actualización el Jueves, 25 de Julio de 2013 09:32