Partidarios de Zelaya se alejan de los soldados que detuvieron su bus. | AP

Tras el gesto, el presidente depuesto se mantiene ahora en la zona fronteriza entre ambos países, mientras los militares aguardan en territorio hondureño. El gobierno 'de facto' ha prometido detenerle si penetra en el país.

El simbólico paso de la frontera —su segundo intento de regresar— se hizo esperar más de una hora. Zelaya llegó a Las Manos procedente de Managua a las 13.10 hora local (21.10, hora peninsular), cuando en la zona caía un fuerte aguacero.

El presidente depuesto detuvo su coche a un centenar de metros de la frontera, rodeado por decenas de manifestantes hondureños, llegados en autobuses desde Honduras país para acompañar al mandatario en su regreso, que clamaban "Viva Mel".

Zelaya dialogó con el jefe del operativo militar hondureño, el teniente coronel Ricarte, con la mediación de la canciller de Zelaya, Patricia Rodas. Una vez que logró ponerse de acuerdo con Ricarte, el mandatario avanzó hacia el punto fronterizo. Tras el movimiento de Zelaya, el gobierno hondureño 'de facto' reiteró que arrestará al presidente depuesto si ingresa al territorio nacional.

El lado hondureño de la frontera común se halla resguardado por efectivos del Ejército y de la Policía de Honduras, que ejercen un riguroso control bajo la lluvia mientras un helicóptero sobrevuela la zona.

Un poco más lejos, centenares de partidarios del presidente llegados a la frontera para recibirlo intentaban franquear el cordón de las fuerzas del orden.

La esposa y la hija del presidente derrocado, junto a otros miembros de su familia, se encuentran a unos 20 kilómetros del puesto fronterizo y se dirigen hacia allí, según dijo la hija de Zelaya en una entrevista con el canal venezolano Telesur.

Enfrentamientos

Alan Fajardo, ministro asesor de Zelaya y miembro de la comitiva, dijo que habían recibido informaciones de que efectivos militares dispararon contra manifestantes que apoyan a Zelaya.

Al parecer, fuerzas de seguridad habrían reprimido a seguidores de Zelaya en un control en las cercanías de Las Manos. Los partidarios del presidente trataban de romper el control que los llevaba al sector aduanero cuando, debido a los forcejeos entre las dos partes, se desató una batalla campal en la que los seguidores de Zelaya lanzaron piedras y las fuerzas de seguridad respondieron con balas de goma y gases lacrimógenos.

"Tenemos que revertir este golpe y planeo hacerlo pacíficamente. Con mi presencia en Honduras, la gente me rodeará y los soldados bajarán sus rifles", dijo Zelaya antes de dirigirse a la frontera.

Clinton le llama 'imprudente'

Desde la frontera, Zelaya propuso a los militares y al gobierno de facto que inicien un diálogo en territorio hondureño para resolver la crisis política: "Yo no puedo gobernar con la fuerte oposición de los grupos de poder, ni ellos pueden hacerlo con la oposición del pueblo", dijo.

La propuesta se produce sólo dos días después de que Zelaya y los golpistas diesen por fracasado el diálogo en el que el presidente costarricense, Óscar Arias, ejercía como mediador.

Aunque toda la comunidad internacional ha dado su apoyo al presidente depuesto, la nueva maniobra de Zelaya no ha sido vista con buenos ojos por EEUU. "Le hemos dicho al presidente Zelaya en varias ocasiones que, en estos momentos, consideramos que el foco debería seguir siendo la actual negociación y los esfuerzos de mediación del presidente Arias, y que cualquier retorno a Honduras sería prematuro", dijo el portavoz del departamento.

Poco después de que Zelaya entrase en su país, la secretaria de Estado Hillary Clinton ha dicho que su intento es "imprudente". "No contribuye al gran esfuerzo para restablecer el orden constitucional y democrático en la crisis de Honduras", dijo.