La gimnasia española tiene mucho futuro. Se van grandes nombres como Lenika de Simone y Laura Campos y rápidamente hay recambio. En los Europeos de Milán, que terminaron el domingo, la sorpresa ha sido Ana María Izurieta. "En Europa están asombrados. Ven que se retira una y tenemos otra", dice Jesús Carballo, el seleccionador y culpable de de estos milagros.

Anita, como la llaman en el CAR de Madrid, nació en Guayaquil hace 16 años, pero lleva viviendo en España desde los ocho. "Un entrenador ecuatoriano le dio una carta a la madre de Ana cuando se vinieron a vivir a España para que yo la leyera. Con 10 años y sin estar nacionalizada, tanto el CSD como la Federación Española la permitieron entrenarse en el CAR y hacer uso de instalaciones y servicios médicos. Hay que reconocer eso, porque aún no se sabía si se iba a nacionalizar o cuál sería su futuro", explica Carballo.

Lleva trabajando desde los 10 años con la Federación, y está interna en la Residencia Blume. Estudia 4º de la ESO y los fines de semana se va a su casa a Guadalix de la Sierra con sus padres y sus dos hermanas, Loida y Cristina. El Europeo de Milán ha sido su primera experiencia en la gran competición. "Estoy contenta. El nivel era muy alto y todos me han felicitado", acierta a decir Ana, sorprendida por la atención de la prensa. A su lado, en el aeropuerto de Barajas, están sus dos compañeras, Anna Serra, que también se estrenaba en la competición, y Naomí Ruiz, la veterana de las tres.

"Tiene muy buenas condiciones y ha competido fácil. Tiene más posibilidades. Es el principio de una buena carrera. Es muy completa en los cuatro aparatos. Ha dado una sorpresa grande y la imagen ha sido muy buena", explica Carballo, que añade: "El de Anita es el primer cuarto puesto en individual que tenemos, porque Laura fue sexta".

El autobús de la Federación espera a la expedición, Anna Serra se despide de Jesús, que le dice: "Haz todo lo que te he dicho". Ella se va a Vic, a su club, y una vez al mes se ve con el jefe. Así trabaja Carballo.