Luis de Guindos, ministro de Economía, y Cristóbal Montoro, de Hacienda (Efe). 
 
El varapalo que dio ayer la Comisión Europea al Gobierno español con sus previsiones de invierno fue mucho mayor del que parece a primera vista. Los 3,2 puntos de PIB  de déficit público correspondientes al rescate bancario son muy  superiores a los 1,1 que anunció el propio ministro Cristóbal Montoro. Y, sobre todo, suponen que Bruselas da por perdido algo más del 70% de la inyección concedida a la banca española,  es decir, unos 26.000 millones. Lo da por perdido para España, no para  la UE, porque nuestro país tiene que devolver íntegros los 37.000  millones -más intereses- prestados por el MEDE (Mecanismo Europeo de  Estabilidad).
  En principio, el rescate contabiliza como deuda  pública, pero sólo se considera déficit los intereses de dicho préstamo  (que son muy bajos, del 0,5% anual) y la parte de lo que se inyecte a  las entidades que no se pueda recuperar mediante su devolución (con los  beneficios generados en los próximos años) o su venta. Por eso, asumir  un déficit tan alto implica que las autoridades europeas consideran irrecuperable una parte muy importante del  dinero del rescate. Según Economía, este déficit se refiere sólo a los  37.000 millones inyectados a las entidades nacionalizadas (Bankia,  catalunyaCaixa, NovaGalicia y Banco de Valencia), no a los 1.865  adicionales para las del Grupo 2 (BMN, Liberbank, Ceiss y Caja3).
  Según  fuentes al tanto de la situación, Bruselas ha impuesto que se  contabilice como déficit un porcentaje tan elevado por una cuestión de  prudencia contable: "Alemania quiere contabilizar como pérdida prácticamente todo el rescate,  y si luego se recupera algo, será un ingreso extraordinario que  reducirá el déficit español futuro", explica una de ellas. Otra fuente  añade que esta tesis ha sido aceptada paulatinamente por el Gobierno  español, que inicialmente cifraba en un punto de PIB el déficit generado  por el rescate pero ya en diciembre hablaba de dos puntos, como informó El Confidencial. Finalmente, han sido más de tres.
  No obstante, las fuentes consultadas aseguran que a nuestro Ejecutivo no le importa demasiado el déficit generado por el rescate: "Como no cuenta para el procedimiento de déficit  excesivo, al Gobierno le da lo mismo que le metan 3 ó 5 puntos, porque  lo único que le preocupa es el 7% que sí computa para los objetivos  comunitarios". 
 En realidad, a efectos prácticos no es relevante la parte del rescate que se considere déficit porque  no altera el hecho de que España recibe esos 37.000 millones y los debe  devolver (es deuda pública), para lo que tiene que intentar recuperar  todo lo que pueda con la enajenación de las entidades nacionalizadas  independientemente de lo que dé por perdido Bruselas. Lo que no recupere  saldrá del bolsillo de los contribuyentes.
  Pérdida tras pérdida
  La Comisión tiene buenas razones para este pesimismo. Hasta ahora, se ha perdido prácticamente todo el dinero inyectado al sector por el FROB 1 (preferentes) y el FROB 2 (capital) durante los Gobiernos socialistas, por un importe aproximado de 16.000 millones. Sólo se ha salvado el dinero inyectado a Banca Cívica (977 millones) y a Unnim (380 millones). En ambos casos, sus compradores -La Caixa y BBVA,  respectivamente- deben hacerse cargo de la devolución de estos  préstamos. Asimismo, tampoco se perderán completamente los 915 millones  recibidos por BMN, aunque el FROB sufrirá una quita que puede estar entre 200 y 300 millones. Las primeras operaciones tras el rescate tamnpoco auguran nada mejor. En el caso de Banco de Valencia,  los 4.500 millones inyectados por el MEDE se han perdido directamente  con su venta a La Caixa por un euro (adicionalmente, la entidad que  preside Isidre Fainé ha conseguido un EPA sobre una cartera de créditos por otros 4.350 millones).  Una operación que se justificas por la inviabilidad de la entidad  valenciana en solitario y porque salía más caro liquidarla que venderla,  según el FROB, aunque fuera con estas condiciones tan ventajosas.
  Y la siguiente operación, la de CatalunyaCaixa, va por el mismo camino. El FROB se conforma con recuperar 1.000 de los 9.000 millones inyectados  a la fusión de cajas catalanas, aunque ya ha advertido a las entidades  interesadas de que, si no hay ofertas que superen ese nivel, suspenderá  la subasta hasta tiempos mejores. Está por ver cuánto se recuperará  también en la venta de NovaGalicia de los 5.425 inyectados. Y cuánto  podrá devolver Bankia (o conseguir en una OPV) de los 17.960 que ha  recibido 
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