El Príncipe Felipe ha sido el encargado de presidir el funeral por el último soldado español, de origen colombiano, fallecido en Afganistán, Jhon Felipe Romero, que perdía la vida el pasado lunes al explosionar una mina al paso de un tanque del Ejército.

De esta manera, el Príncipe de Asturias fue el encargado de acompañar a la familia del fallecido, al que se le impuso la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo que se otorga a los militares muertos en acciones violentas, en el marco de un acto celebrado en el cuartel de El Bruc de Barcelona y en el que se sucedieron las escenas de dolor.

Por otra parte, resultó llamativa la ausencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo mandato se ha caracterizado por la asistencia a los funerales de los militares fallecidos a causa de distintos atentados en el país afgano y que justifica por su viaje a Washington para tomar parte en el Desayuno por la Oración puesto en marcha por Obama. No obstante, no faltaron a los oficios fúnebres tanto representantes del Gobierno como de la oposición, así como altos mandos del Ejército.

Mientras tanto, los tres militares que llegaron en el mismo avión que trasladó a España los restos mortales del soldado Jhon Romero continúan ingresados en el hospital Valle de Ebrón, donde evolucionan de las heridas sufridas en el atentado, atribuido por Ministerio de Defensa a los talibán. Se trata del teniente Jordi Francesc Rubio, que presenta diversas quemaduras y traumatismos; el soldado Daniel Ospina, aquejado de una fractura de tibia y peroné; y el también soldado Josu Alcalá, con diversas heridas en la boca.